Vaya al Contenido
El aeródromo
de Bellavista
Los primeros aeroplanos que llegaron a León aterrizaron en los campos de La Trinidad en 1911, rumbo a Santa Ana del Conde. Se trató de dos pequeños y frágiles monoplanos piloteados por las estadounidenses Harriet Quimby, primera mujer en obtener la licencia de piloto en aquel país y su compañera Matilde Moissant.
Desde entonces varios monoplanos y biplanos llegaron a la ciudad, algunos piloteados por particulares, otros en espectáculos de circos voladores y unos más que eran utilizados para la guerra; como los usados por Pancho Villa para espiar a las tropas obregonistas en 1915, poco antes de la batalla de La Trinidad… o el que envió Plutarco Elías Calles para dinamitar el monumento a Cristo Rey el 20 de enero de 1928.
Pero no fue sino hasta 1936 que León contó con un aeródromo en forma, el cual se ubicó en la colonia Bellavista y cuya pista corría a lo largo de la que hoy es avenida Nicaragua.
La primera línea aérea que llevó pasajeros de León a México y viceversa fue la Compañía Aérea Panini, propiedad de don Carlos Panini Binosi, un italiano avecindado en México y que también corría autos de carreras.
Una fría y lluviosa mañana de invierno del año de 1946, uno de los aeroplanos andaba fallando... el piloto -llamado Pepillo- telefoneó a México y se lo dijo al dueño, pero este le contestó malhumorado: "Hazle como puedas, pero tú me traes a la gente".
Para guarecerse de los elementos, el aeródromo contaba con una pequeña construcción que hacía las veces de oficina y sala de espera –que por cierto en las noches se transformaba en cantina y era atendida por una familia de apellido Díaz, a quienes todos apodaban "los dormidos"-. Fue de esta "terminal" que salieron los 18 pasajeros que abordaron la aeronave que los llevaría a la capital del país. Además, a bordo iban también el capitán, el copiloto y una guapa aeromoza, que tenía un novio en León, Ignacio "el manchado" García.
Para guarecerse de los elementos, el aeródromo contaba con una pequeña construcción que hacía las veces de oficina y sala de espera, que por cierto, en las noches se transformaba en cantina.
La nave despegó sin problemas rumbo a San Pancho y luego se enfiló a Irapuato. Fue en este punto que uno de los motores falló y el aeroplano se ladeó casi verticalmente. Pepillo intento regresar a la pista, pero no fue posible y comenzó a caer rumbo al Parque Hidalgo.
Rozó el techo de los baños "La Lucita" y fue a estrellarse contra una casa de la calle Calzada de Guadalupe, cerca de donde ya se encontraba la agencia de autos Chevrolet, de donde salieron los empleados cargando extintores contra incendios.
Pepillo el piloto murió, así como dos habitantes de la casa –que no habían ido a trabajar porque amaneció lluvioso y haciendo frío-. El resto de los pasajeros sobrevivió, si no ilesos, sí con heridas; algunos de gravedad.
A partir de allí se cerró la pista y quedó prohibido que cualquier aeroplano volara sobre la ciudad de León, aunque durante un tiempo se improvisó una pista de aterrizaje rumbo a la ex hacienda de Santa Rosa.
Con el paso del tiempo Panini vendió sus naves y otra compañía cubrió sus rutas.
Nos cuenta Luis Alegre en Milenio Diario: "Cabe citar que cuando llegó Aerovías Reforma la ruta aérea partía de Ciudad de México, llegaba a León, seguía a Guadalajara y de ahí a Culiacán y Ensenada. En esos mismos años, otra línea aérea -Aerotransportes- entró en escena, cubriendo el itinerario México-Querétaro-León-Aguascalientes-Brownsville (Texas). Era la primera vez que nuestra ciudad quedaba unida a otro país por vía aérea.
Pero en Aerovías Reforma -cuya imagen era un Pegaso dorado- aspiraban a ser una línea grande y como parte de sus planes, decidieron construir sus propios aeropuertos. León sería una de las joyas en su imaginaria corona. En 1950, la compañía negoció la adquisición de un enorme predio en el rancho de San Carlos, a 10 kilómetros del centro de la ciudad y a la vera de la Carretera Panamericana, en febrero de 1952 fue inaugurado el moderno aeropuerto, que constaba de una terminal de espera, una estación de radio y un aerofaro para guiar a los pilotos. La pista medía 2 mil 300 metros, suficientes para recibir cuatrimotores DC-6 y años después, a los primeros jets.
Sólo que el primero de enero de 1953 todos los aeropuertos del país fueron nacionalizados, quedando a cargo de la Dirección General de Aeronáutica Civil. El objetivo, de acuerdo a las autoridades, era modernizar las operaciones aéreas y garantizar la aplicación de las estrictas normas de seguridad que exigían los organismos internacionales de la materia (...)
Pero en Aerovías Reforma -cuya imagen era un Pegaso dorado- aspiraban a ser una línea grande y como parte de sus planes, decidieron construir sus propios aeropuertos. León sería una de las joyas en su imaginaria corona. En 1950, la compañía negoció la adquisición de un enorme predio en el rancho de San Carlos, a 10 kilómetros del centro de la ciudad y a la vera de la Carretera Panamericana, en febrero de 1952 fue inaugurado el moderno aeropuerto, que constaba de una terminal de espera, una estación de radio y un aerofaro para guiar a los pilotos. La pista medía 2 mil 300 metros, suficientes para recibir cuatrimotores DC-6 y años después, a los primeros jets.
Sólo que el primero de enero de 1953 todos los aeropuertos del país fueron nacionalizados, quedando a cargo de la Dirección General de Aeronáutica Civil. El objetivo, de acuerdo a las autoridades, era modernizar las operaciones aéreas y garantizar la aplicación de las estrictas normas de seguridad que exigían los organismos internacionales de la materia (...)
Sergio y su hermana, La Morena Padilla Antillón, Adela Hernández, Magge Padilla Antillón y una niña Valtierra posan frente a la nave que se estrelló en Calzada de Guadalupe.
El 18 de junio de 1955, un bimotor (un C-46 matrícula XA-LID) perdió uno de los motores apenas al despegar del San Carlos y se impactó contra una arboleda; el avión se incendió. De acuerdo a distintos reportes, viajaban a bordo 39 personas; 22 resultaron heridas y sólo una murió (...)
Durante casi dos décadas el aeropuerto leonés fue operado sólo por Aeroméxico, que al paso de los años amplió sus vuelos a Tijuana, Mazatlán, Puerto Vallarta y otro más a Monterrey través de su filial Aerolitoral. El creciente número de operaciones justificaba ya la construcción de un nuevo aeropuerto. En febrero de 1990, justo cuando cumplía 38 años de operaciones, el San Carlos despachó su último vuelo.
Durante esas casi cuatro décadas, sólo ocurrió un accidente en su pista: el 2 de septiembre de 1976, a consecuencia de una intensa lluvia y de lo corto de la pista, un DC-9 de Aeroméxico (matrícula XA-SOF) se salió de la misma aunque sin consecuencias fatales. Sólo que como perdió el tren de aterrizaje, el avión -atascado en el fango- tuvo que ser desarmado para poder ser retirado.
Ya cerrado al tráfico y mientras se decidía su futuro, la vieja pista del Aeropuerto de San Carlos fue ampliamente utilizada por aviones…a control remoto. Un verdadero lujo para los aficionados a este hobby".
Hoy en día, en los terrenos que ocupó el aeropuerto de San Carlos se encuentran la Universidad Tecnológica de León, cuyas aulas están a la vera de la que fue pista, que se usa como estacionamiento; así como el Hospital de Especialidades Médicas.
En febrero de 1952 fue inaugurado el moderno aeropuerto de San Carlos.
Sírvase preferir a nuestro
amable patrocinador:
Regreso al contenido