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La esquina salada
La esquina de 5 de Mayo y Portal Aldama ha sido ocupada por la "Zapatería 3 Hermanos" desde mediados de la década de 1970. Antes estuvieron allí los "Almacenes García" y también Las "Fábricas de Francia", propiedad de la familia Pons, así como "La Valenciana".
En 1904 don Ignacio Madrazo encargó construir el edificio a don Luis Long. La planta baja constaría de locales para el comercio y la alta de una casa principal y dos secundarias.
La obra superó los cien mil pesos de la época, lo que la convirtió en el inmueble civil más caro de la ciudad.
Se inauguró en 1907.
Antes de que se construyera "La Casa Madrazo", esa esquina era considerada de "mala suerte", pues quebraba todo negocio que allí se establecía.
Don Ignacio Torres puso allí su negocio de telas y quebró. Luego se inauguró la tienda de ropa "El Puerto de Bayona", de un francés Max Dariev, que corrió la misma suerte. Después de algún tiempo y desafiando a la mala fortuna se estableció "La Sorpresa" de don Martín Bessonart en sociedad con otro francés de apellido Apestegui. Don Martín era un hombre muy amable y trabajador, atento con todo mundo, así que la gente le deseó lo mejor esperando que prosperara. No fue así y la casa aquella también cerró.
La esquina pasó mucho tiempo cerrada ya que nadie la quería rentar para poner algo relacionado con la ropa.
En la esquina de 5 de Mayo y Portal Aldama se encontraba la esquina salada...
A finales del Siglo XIX se fundó la tenería "La Hormiga", con maquinaria y técnica moderna, que siempre fue próspero en León. Su expendio ocupo la esquina maldita, pero a pesar de los buenos augurios, "La Hormiga" tampoco escapó a la suerte de las otras negociaciones que habían ocupado tan funesto lugar.
Volvió a ponerse otra tienda de ropa, propiedad de dos emprendedores jóvenes mexicanos, Madrigal y Basauri, llamada "La Valenciana"… Gracias a su pericia el negoció comenzó a florecer y ellos a ganar dinero. Todo iba bien hasta que el dueño del local les avisó que no les renovaría el contrato y debían desocupar el lugar, pues había vendido la esquina completa al acaudalado comerciante don Ignacio Madrazo.
Aún conocida como "La Casa Madrazo", dejó de pertenecer a esta familia poco antes de que terminara el siglo XX.
En 1907 se termina de construir "La Casa Madrazo".
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