Vaya al Contenido
El Siglo XX
El 26 de mayo de 1901 se fundó en la ciudad una sociedad mutua de beneficencia, instrucción y recreo que se llamó "Círculo Leonés Mutualista".
Su promotor principal fue el conocido comerciante y hombre de negocios don Benito Gaona, dueño de la tienda "El Siglo XIX", pero quien llevó a cabo los trabajos de organización de la sociedad fue don Jesús Ontiveros.
El Círculo pretendía el fomento de la unión entre comerciantes, industriales, agricultores, profesionistas y empleados; la ayuda mutua en caso de necesidad, el auxilio a las familias de los socios que falleciesen, la instrucción y el recreo lícitos y el fomento de las actividades culturales.
A poco de su fundación, el Circulo Leonés Mutualista reunía en su seno lo más distinguido de la sociedad leonesa, así como obreros y comerciantes.
Su primer presidente –del 26 de mayo al 16 de septiembre de 1901- fue el licenciado Carlos Díaz Infante y Aranda (que por cierto fue el inventor del tocadiscos automático).
La primer sede oficial del Círculo Leónes estuvo en la antigua casa de don Ángel Bustamante, ubicada en lo que fue el hotel Condesa y que hoy se llama Ramada Plaza.
Por aquellas fechas habría de tener lugar una de las celebraciones más fastuosas que ha presenciado la ciudad. Escribe don Emeterio Valverde y Téllez: "22 de marzo de 1901. La santidad de León XIII delegó a monseñor Don Leopoldo Ruiz y Flores para que, el día que éste eligiera, en nombre y con autorización del mismo augusto pontífice, impusiera con rito solemne una diadema de oro y piedras preciosas a la sagrada imagen de la Madre Santísima de la Luz. Al mismo tiempo que se hacían las obras materiales de la Catedral, se efectuaban otros preparativos de orden espiritual para la espléndida fiesta de la coronación, que se verificó el 8 de octubre de 1902, en medio de un desbordamiento de entusiasmo que jamás se había visto en la ciudad, con asistencia de cuatro reverendísimos arzobispos y diez obispos, de muchos sacerdotes, de comisiones venidas de todas las parroquias, y de incontables católicos que vinieron aún de lejanos puntos, atributar rendido vasallaje a la celestial reina de León".
El año de 1904 registra dos obras materiales importantes para la ciudad y dos pérdidas muy lloradas: el 7 de abril, el gobernador del estado, Lic. Joaquín Obregón González, colocó la primera piedra de la Presa de los Castillo, que habría de cumplir una misión muy importante en el abastecimiento de agua al norte de la ciudad.
El 7 de abril de 1904 se colocó la primera piedra de la Presa de los Castillos, entre las personalidades presentes estuvieron don Luis Rico, dueño de los tranvías de mulas (primero de ezquierda a derecha); el jefe político de la ciudad, don Archibaldo Guedea (quinto de izquierda a derecha) y don Luis Long (derecha, sentado).
El mismo año fue modificada la estructura arquitectónica de la antigua Plaza de Gallos, finca histórica que perteneció en los últimos años del virreinato a la familia Gutiérrez de la Concha. Se conservó, al fondo del edificio, el antiguo palenque de gallos, pero la parte anterior y principal de la finca, cercana al acceso por la calle llamada precisamente "de la Plaza de Gallos", hoy tercera de Juárez, fue reconstruida y dotada de la señorial y majestuosa fachada que todavía posee. En ese edificio funcionaría posteriormente el "Colegio de San José", del inolvidable profesor don Anastasio Hernández Romo.
También ese año León perdería dos de sus más preclaros benefactores: el 29 de junio, el señor canónigo don Pablo de Anda y Padilla; el 20 de septiembre, el padre José María de Yermo y Parres. Ambos se distinguieron por su altruismo, filantropía y caridad cristiana.
Ocupaba entonces la jefatura política don Archibaldo Guedea y Caraza, que estuvo al frente de la administración municipal desde el 1 de octubre de 1901 hasta el 31 de octubre de 1907. Este caballero de ideas progresistas y claro talento administrativo, estuvo casado con doña Ana Heyser y Green: bajo su jefatura se dotó a la ciudad de pozos artesianos, se realizaron importantes obras materiales y se embellecieron los paseos y parques públicos.
En aquel periodo, además, tuvo lugar la introducción de la luz eléctrica a los ciudadanos en general, pues sólo algunos contaban con el servicio desde 1897.
Durante la jefatura de don Archibaldo Guedea se dotó a la ciudad de varios pozos artesianos. En la imagen el que estuvo frente al actual Palacio Municipal.
Sírvase preferir a nuestro
amable patrocinador:
Regreso al contenido