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La Compañía de Jesús
en León
Fue en la tercera década del siglo XVIII que se comenzó a hablar de traer a los jesuitas, pues era de todos sabido que ellos contribuían al progreso material, cultural y moral de las comunidades donde se establecían.
Uno de los hombres más acaudalados de la villa, don Cristobal de Aguilar y Ventosillo, donó dos estancias de labor y campo y una de minas en el Real de Comanja como ayuda para convencer a los jesuitas. Su hermano, el padre Nicolás, ofreció entonces al padre provincial de la orden ignaciana, sitio para su iglesia y colegio, cincuenta mil pesos para construirlos y trescientos marcos de plata para adornarlos. Además les regaló las haciendas de Loza de Arriba y Loza de Abajo (Por ello hoy se conoce como "Loza de los Padres"), La Joya y San Isidro para su sostenimiento. Esto sucedió en el año de 1730.
En julio del año siguiente, guiados por el padre Manuel Andrés Fernández, tomaron posesión de las fincas y sitios que les habían asignado.  En uno de esos lugares decidieron que construirían la iglesia de "La Santa Escuela de Cristo" o "La Compañía"; en la esquina que forman las actuales calles de Álvaro Obregón y 20 de enero, donde actualmente se encuentra el templo del "Inmaculado Corazón de María".
En 1730 los Jesuitas comenzaron a construir el Templo de la Compañía, donde actualmente se encuentra el Templo del Inmaculado Corazón de María, en la esquina de las calles Álvaro Obregón y 20 de Enero.
El templo era de una sola nave y una pequeña torre de un cuerpo, "anexo al cual funcionaría la Santa Escuela de Cristo, por lo que esa esquina y templo fueron  conocidos a partir de entonces como de la Santa Escuela". –Escribe don Mariano González en "León, cinco siglos contra viento y marea".
Tenía el templo una capilla colateral, donde se recibió la imagen de la Madre Santísima de la Luz el 2 de julio de 1732. La llegada de dicha imagen fue todo un suceso e influyó enormemente en los destinos de la Villa de León.
En junio de 1732 el padre provincial Juan Antonio Oviedo visitó esta villa, encontrando que en los once meses que tenían de establecidos los jesuitas en este lugar, habían cambiado casi en su totalidad "los malos hábitos de los habitantes".
En 1767 los Jesuitas fueron expulsados de la Nueva España y dejaron inconcluso el templo que actualmente es la Catedral Basílica de León.
Años después los jesuitas no se sintieron contentos con aquellos edificios, ya que deseaban algo mejor; Así, en 1744 compraron la casa de la familia Sánchez Caballero y la demolieron para construir su "Compañía Nueva", donde hoy se encuentra la Catedral de la ciudad.
Solamente alcanzaron a construir la portada lateral y los muros hasta una altura de ocho metros, pues los padres de la Compañía de Jesús fueron desterrados de León el 31 de marzo de 1767 por órdenes del rey Carlos III.
Tras el abandono de la obra, el ayuntamiento se propuso continuarla, sin embargo los planes sufrieron una serie de trastornos que la dejaron parcialmente inconclusa hasta el año de 1831.
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