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León crece en tamaño
e importancia
Para el Siglo XVIII Guanajuato ya sobrepasaba a Zacatecas en actividad minera y se convertía en el productor número uno de plata en toda América.
Un censo de 1719 indica que en la villa de León vivían 3,000 personas, sin contar los pueblos del Coecillo y San Miguel. Cuarenta años después la población había aumentado hasta los 7,000. En los pueblos suburbanos habitaban otros 2,000 y en las haciendas y ranchos unos 5,000.
Los españoles peninsulares o criollos formaban la clase alta de la sociedad y ocupaban los puestos públicos, como alcalde o regidores. Al mismo tiempo eran los propietarios de la mayor parte de las haciendas y ranchos. Los que no vivían fuera de la villa tenían sus negocios y residencias en la plaza principal y sus alrededores.
Se dio el nombre de "castas" a los diversos resultados de las mezclas étnicas.
Buscando emplearse como ayudantes en labores agrícolas, mineras o domésticas, llegaron indios tarascos, otomíes, mazahuas, nahuas, mexicas y tlaxcaltecas.
También había esclavos negros venidos de África, que en su mayoría eran empleados en quehaceres domésticos.
Al contrario de lo que sucedió en América del norte, donde los indios fueron exterminados o enviados a reservaciones, en los territorios que hoy ocupan México, América central y sur, los distintos grupos étnicos se mezclaron entre sí.
Escribe don Mariano González en su obra "León, Trayectoria y Destino": "Se dio el nombre de "castas" durante el virreinato a los diversos resultados de las mezclas étnicas producidas por las uniones entre individuos de la tres razas principales que habitaban la Nueva España: españoles, indios y negros".
Los españoles puros nacidos en América eran criollos; de la mezcla de español e indio nacía el mestizo; de indio con negro, zambo; de español con negro, mulato; de indio con mestizo: coyote; de mulato con indio, chino… y así.
"Con el tiempo las mezclas raciales se fueron incrementando. El grupo indígena tendió a desaparecer y el de los mulatos creció sobre todo en el campo en donde, poco antes de la independencia, duplico junto con los mestizos, al de los blancos e indígenas" (Yo Vivo en León).
En el óleo "Cerro del Gigante" del maestro Tobías Villanueva podemos ver como era el agro leonés en el Siglo XVIII.
La producción agrícola en León alcanzaba para alimentar a sus pobladores, e incluso se enviaba a otros lugares, como Lagos, Silao, San Luis Potosí y Zacatecas. Los principales granos eran el maíz y el trigo, seguidos de la cebada y el frijol, aunque también se producían tabaco, algodón, frutas y hortalizas.
La ganadería –que ya se practicaba en la región antes de fundarse la villa- principalmente era vacuna, pero también se criaban caballos, mulas, ovejas, cabras y puercos.
Durante el periodo colonial –y después de las actividades del campo- el comercio fue importantísimo para la región; tanto que muchas familias e individuos se hicieron inmensamente ricos y se dieron cuenta que podían ayudar al crecimiento de su pueblo y conciudadanos.
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