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León en la Guerra
de Reforma
La Guerra de Reforma –también conocida como la Guerra de los Tres Años– que transcurrió desde el 17 de diciembre de 1857 hasta el 1 de enero de 1861, fue un conflicto armado que enfrentó a los dos bandos en que se encontraba dividida la sociedad mexicana: liberales y conservadores.
León era dominado por las fuerzas conservadoras bajo el mando del General Pacheco, quien opuso el 20 de agosto de 1859 una tenaz resistencia al asedio liberal comandado por don Manuel Doblado y por don Santos Degollado, que con dos mil hombres y cinco piezas de artillería se retiran después de inútiles esfuerzos.
Agrega don Sóstenes Lira: "El general Pacheco, con unos trescientos o cuatrocientos hombres, salen hasta el cerrito de Jerez para llamar la atención al enemigo mientras llegaba el auxilio del general español don Adrián Woll, que no se hizo esperar. Sonando el reloj de la Parroquia las cuatro de la tarde, comenzó el combate que se sostuvo por ambas partes hasta cerca de las ocho de la noche, en que viendo Doblado lo difícil de la situación, se retiró rumbo a Lagos, quedando la victoria de parte de los conservadores. Los liberales dejaron doscientos treinta muertos, muchos heridos, armas y municiones, caballos, una bandera, un cañón, y doscientos ochenta prisioneros, entre ellos el comandante Trinidad López y el teniente coronel Federico Rey".
León era plaza fuerte de los conservadores: la mentalidad local, firmemente arraigada en los principios tradicionales consolidados durante tres siglos de virreinato, hallaban gran cantidad de partidarios.
"El general Pacheco, con unos trescientos o cuatrocientos hombres, salen hasta el cerrito de Jerez (mas o menos por donde hoy se encuentra el centro comercial Altacia) para llamar la atención al enemigo mientras llegaba el auxilio del general español don Adrián Woll."
Una comisión del ayuntamiento y los vecinos más conspicuos de la sociedad leonesa, concurrieron el 14 de julio 1860 a felicitar al general don Miguel Miramón, presidente conservador sustituto de la república, de paso por la ciudad que consideraba plaza de su partido.
Aún se encontraba en León el 2 de agosto, trayendo en calidad de preso "al presidente interino, general Félix María Zuloaga; en la noche del día que se anota se obsequió al general Miramón con un banquete en la casa número 32 de las calles del Ángel (luego Oratorio, hoy Cinco de Febrero) e Indio Triste (hoy Gante), y cuando el champagne había enervado las facultades de los concurrentes, se le proporcionó a Zuloaga un caballo para que emprendiera la fuga, saliendo por la cochera marcada con el número 6 en la calle del Indio Triste. Al notar Miramón la desaparición de Zuloaga, comprendió inmediatamente los graves perjuicios que este acontecimiento podía traer, y dio aviso de lo ocurrido al Presidente de la Suprema Corte de Justicia".
El 2 de agosto de 1860, la aristocracia leonesa obsequió al general Miramón con un banquete en la casa número 32 de las calles del Ángel (hoy Cinco de Febrero) e Indio Triste (hoy Gante).
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