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Los pueblos de indios
"Los españoles buscaron que se establecieran en la región indígenas sedentarios con la esperanza de que sirviera de ejemplo a los inquietos chichimecas y para poder contar con gente que sirviera en las labores domésticas, en la agricultura y en la minería. En el año de 1582 el rey Felipe II se España lanzó un "mandamiento" para atraer gente a estas tierras (...) en ella se prometía a quienes aceptaran trasladarse a esta zona el pago de un salario y absolverlos del tributo que el indígena debía al gobierno español". Escriben María Labarthe y Adriana Ortega en "Yo vivo en León".
Así, a la par del desarrollo de la Villa de León, comenzaron a nacer en torno a la primitiva traza española otros centros urbanos.
Para 1596 ya había 186 españoles y un número indeterminado de mulatos, mestizos, negros e indios; la mayor parte de ellos esclavos, quienes habitaban en las propiedades de sus amos.
Los indios, mestizos, negros y mulatos no podían vivir entre "la gente de razón", por lo cual se fundaron pueblos cercanos a la Villa de León.
Unos pocos indios libres vivían en el pueblo del Coecillo, que por entonces se llamaba "San Francisco del Coecillo" y que fue creado en 1580. Sus tres principales fundadores fueron los indios Tomás Hernández, Joaquín Marcos y Marcos Francisco; quienes desde hacía muchos años, incluso antes de que se fundara la Villa de León, ya eran ayudantes de los estancieros españoles que vivían en esta zona.
"San Francisco del Coecillo fue fundado a instancias de quien fuera Corregidor y después Alcalde Mayor, don Domingo de Mendiola; se estableció en el Ejido, al oriente de la villa leonesa. Los primeros naturales asentados, fueron poco más de treinta, la mayoría tarascos.
Colectivamente recibieron una suerte de huerta (media caballería de tierra, equivalente a 21 hectáreas). Aproximadamente cuatro años después, el segundo Alcalde Mayor, Cristóbal Sánchez Carbajal, les otorgó tres caballerías de tierra, al pie del Cerro del Gigante, donde sembraron maíz, calabaza, jitomate, chile, etcétera y cuidaron de sus animales.
Los pobladores tuvieron sus propias autoridades: Gobernador, Alcalde, Regidor, Alguacil, etcétera; gobierno del que también dependió el pueblo de indios de San Miguel de la Real Corona, establecido quince años después. Los dos pueblos sufrieron despojos de tierras y unidos en largos litigios, lograron recuperarlas. También padecieron vicisitudes, al igual que los pobladores de la Villa. Transcurrieron los años y de pueblos pasaron a ser dos barrios tradicionales"  (Tomado de la obra "Llegar a ser", de don Arturo Navarro).
El pueblo de "San Miguel de la Real Corona", ahora barrio de San Miguel, fue consecuencia de la fundación de la Villa. Los otomíes que participaron con los españoles en la guerra chichimeca, al concluir ésta en 1590, fueron traídos para ayudar a los franciscanos en la construcción de su monasterio con autorización virreinal; a los cuales el cabildo les otorgó una caballería de tierra al sur, cerca del antiguo camino de las carretas (1596).
"En otro renglón, los indios del Cuicillo y San Miguel desde un principio cultivaron entre sí las buenas relaciones, uniendo sus pueblos a través de un camino que atravesaba el camino de las carretas, tenían en común su autoridad: Gobernador, Alcalde, Regidor, Fiscal y Alguacil Mayor, todos a contento de ambos pueblos; se citaba personalmente a las elecciones y con tañido de campana.
De acuerdo con las Reales Ordenanzas, el gobernador convocaba a la elección de su sucesor, la que realizada era puesta a la aprobación de la Alcaldía Mayor de León y del Virreinato." (Tomado de la obra "Llegar a ser", de don Arturo Navarro).
En 1580 se formó, por orden del virrey Martínez de Almanza y a petición del alcalde leonés, el Barrio de Arriba.
"Una tercera fundación que vino a resguardar la ciudad, pero también por el norte, fue la del Barrio Arriba -Escribe Guerra Mulgado. Por iniciativa del capitán Alonso de Torres, se trasladó a los muchos e inestables mulatos y mestizos (no esclavos), que fueron los que originalmente construyeron parte de los edificios que dieron forma a la villa.
En realidad la iniciativa de sacarlos de la zona donde habitaban los españoles, fue que las castas citadas, no eran bien vistas por su mal comportamiento".
En realidad la iniciativa de sacarlos de la zona donde habitaban los españoles, fue que las castas citadas, no eran bien vistas por su mal comportamiento".
El Coecillo a finales del Siglo XIX.
El virrey Enríquez consideraba a los mulatos y mestizos gente cuasi india, revoltosa y pleitista que solían abusar de los indios moviéndolos a pleitos en los que agotaban sus pobre recursos, sin provecho alguno, pues en caso de ganarlos, eran los mestizos agitadores los que se llevaban los beneficios.
Cuando se pensó en ubicarlos en la zona norte de la villa, se debió también a otro factor: que la zona habitada ya se había extendido y Francisco Hernández, que por algún tiempo fue el encargado de vigilar los caminos aledaños de grupos extraños, requería mayor apoyo para mantener la zona en calma.
En 1663 el rey Felipe IV, por medio del virrey Juan de la Cerda, publica la orden que prohíbe que los indios, esclavos, mestizos y mulatos porten armas, bajo la pena de recibir cien azotes y condenarlos por un año al trabajo forzado en las minas.
Para el año de 1723, se llama al Barrio Arriba, Barrio del Santo Cristo de la Salud.
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