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Las Casas Cuatas

A mediados del siglo XIX la ciudad de León contaba con una gran cantidad de mesones, casi uno por cuadra. Entre los más famosos estaban el de “Las Ánimas”, ubicado en la esquina de las calles Libertad y Madero; el mesón de “La Libertad”, que se encontraba en lo que hoy es la Callejuela Padilla y por último el de “San José”, en la primera cuadra de la calle Real de Guanajuato (hoy Madero).
Este último mesón venía funcionando desde el siglo XVIII, había pasado por varios dueños y se encontraba bastante deteriorado. Además de que los nuevos y modernos hoteles se llevaban la mayoría de los clientes. Don Pedro Ocampo fue su último propietario, y quien finalmente lo vendió el 22 de enero de 1896, por escritura firmada en Silao, a los hermanos don Manuel y doña Rosa Madrazo Arcocha.
Manuel y Rosa (y otros tres hermanos), eran hijos de don Manuel Madrazo Gómez y doña Manuela Arcocha Sañudo, leonesa la segunda y español su esposo, venido de Vizcaya España; hermano de don Ignacio Madrazo, el propietario de la famosa “Casa Madrazo”… muy ricos los dos.
 
El ingeniero Madrazo Arcocha estaba casado con doña Hortensia Torres Soto y era uno de los propietarios de la firma “Martínez y Madrazo, Sucesores”. Su socio era don Alberto Martínez Ancira, quien también era su cuñado, casado con su hermana Rosa.
Ambas familias eran muy unidas y vivían en la casona que había pertenecido a Los Condes de la Presa de Jalpa, que se encontraba en lo que hoy es la esquina de Díaz Mirón y Pino Suárez; que por cierto le compraron al hijo del gobernador de Guanajuato don Lorenzo Arellano.
El mesón de “San José” fue derruido y en su lugar los hermanos Madrazo Arcocha mandaron construir dos hermosas casas gemelas, de estilo neoclásico, con fachada completa de cantera a donde se mudaron en 1899. Desde entonces fueron bautizadas como “Las Casas Cuatas”.

Las Casas Cuatas durante la inundación de 1926.

El 3 de marzo de 1905 los hermanos disolvieron la sociedad y cada uno se queda con una de las propiedades. Doña Rosa fallece en 1915 y hereda la suya a sus hijas Angelina y Victoria Martínez Madrazo. Su hermano Manuel falleció hasta 1938, heredándola a sus hijos, quienes la vendieron al Banco Nacional de México en la década de los cincuenta y donde funciona un Banamex hasta la fecha.
En 1901 se había fundado en la ciudad una sociedad mutua de beneficencia, instrucción y recreo que se llamó "Círculo Leonés Mutualista". Desde 1909 sus instalaciones se encontraban en la casa que fuera de don Ángel Bustamante, donde después estuvo el “Gran Hotel Condesa”, pero como la casa ya estaba muy deteriorada andaban buscando un nuevo lugar.
Don Gonzalo Torres Martínez, uno de los socios de “El Círculo”, estaba casado con doña Angelina Martínez Madrazo, heredera junto con su hermana de la “casa cuata” oriente, quienes se las ofrecieron en venta al saber su necesidad.
La venta se consumó el 16 de julio de 1923 por la cantidad de $57,500 pesos que se pagaron en moneda extranjera, al tipo de cambio de dos pesos por dólar.
El interior de la casa se remodeló, añadiéndole una alberca al fondo, baños de vapor, un pequeño teatro y una biblioteca entre otros arreglos. A mediados de siglo al frente abrió la cantina “La Norteña”, que con el paso del tiempo se convirtió en el bar “El Círculo”.
Noventa y tres años después de ocupar aquella casa, los mutualistas se mudan al Boulevard Francisco Villa esquina con Españita y el bar se traslada a la Placita del Campestre.
Después de remozar completamente la casa y con el permiso del INAH y el municipio, en diciembre de 2018 abre sus puertas allí el almacén de ropa “Promoda”.

En el 2016 el Bar "El Círculo" cierra sus puertas en la zona centro y se traslada a la Placita del Campestre.
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