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El Portal Bravo

La primera iglesia que hubo en León se ubicó al noreste de la plaza, en la esquina que hoy forman Madero y Portal Bravo. De construcción más bien humilde, pues estaba hecha con adobe y madera, no era más grande que una capilla. Allí escucharon misa los fundadores y primeros habitantes, hasta que llegaron los padres franciscanos y comenzaron a construir su propia iglesia, que es la que hoy conocemos como Parroquia del Sagrario.
La primera cayó en desuso y finalmente fue abandonada. Hoy no queda un sólo vestigio de ella.
También por los tiempos de la fundación de la villa, pero al otro lado, donde hoy se encuentra el hotel Ramada Plaza (antes Condesa), estuvo el hospital de “San Cosme y San Damián” que administraban los hermanos de la orden de San Juan de Dios. "Pronto los hermanos se percataron de que las instalaciones del antiguo hospital no resultaban adecuadas por encontrarse en el corazón mismo de la villa, circunstancia que a su parecer propiciaría contagios entre la población sana y una inadecuada convalecencia de sus pacientes. Por tal motivo promovieron que las autoridades civiles les otorgaran un nuevo predio en las afueras del asentamiento" (León, cinco siglos contra viento y marea).
Se mudaron al sur de la villa, donde fundaron el hospital del “Espíritu Santo”, en la plazuela y barrio que hoy conocemos como San Juan de Dios.
Aquellos terrenos al oriente de la plaza principal, propiedad del clero, con el paso del tiempo terminaron en manos de ricos laicos terratenientes, quienes construyeron allí señoriales mansiones con bellos portales que al frente tenían locales comerciales y donde también habitaban sus propietarios.
La esquina donde estuvo la primera iglesia ya pertenecía a don Pedro de Obregón y Pérez Franco a principios del siglo XIX; quien allí fundó el célebre comercio de ropa y telas llamado “Las Palomas”, por lo que durante muchos años el portal fue conocido con ese nombre.
Después de la intervención francesa, por 1868, el negocio de “Las Palomas” vino a menos y el local fue ocupado por la mercería de don Ramón Rembez, un oficial francés que desertó del ejército a su retirada y casó con la leonesa doña Jesusita Guedea. Otro francés, don Ulises Bezaury, casó con Matilde, hermana de Jesusita y ambos concuños terminaron fundando la casa Rembez y Bezaury, que fue de gran prestigio a nivel nacional y enviaba artículos fabricados en León al norte del país.

Aquellos terrenos al oriente de la plaza principal con el paso del tiempo terminaron en manos de ricos terratenientes, quienes construyeron allí señoriales mansiones.

En la misma finca, pero en el local de al lado, se encontraba la negociación –también de telas- de don Joaquín González, uno de los hombres más ricos de León; aunque no muy estimado socialmente por ser un hombre adusto, altivo y retraído que con frecuencia se veía envuelto en escandalitos.
Enseguida, hacia al sur, había otras dos casas pequeñas de dos pisos que sobrevivían de la época colonial. Una pertenecía a un padre de apellido Alva, que rentaba el local comercial a negocios que duraban poco tiempo; y la otra era de don Ruperto Obregón, donde vivía junto con su esposa doña Francisca Martín del Campo, sus siete hijas y tres hijos. Doña Paquita había heredado la tienda de “Las Palomas” y en el local comercial de su casa sobrevivía la tienda ya sin el prestigio de medio siglo antes.
Siguiendo hacia el sur, rumbo a la calle 5 de Febrero, se encontraba una casa que entonces era la joya de la ciudad, propiedad de don Ildefonso Portillo, en la que vivía con su bulliciosa familia. Al frente de la casa don Ildefonso, en sociedad con don Santiago Manrique, pusieron un negocio de mantas de algodón y géneros similares llamada “Al Sol que Nace”, aunque ésta era una fachada, pues en realidad eran agiotistas que se dedicaban a prestar dinero, lo que los convirtió en caballeros muy ricos.
Justo al lado, donde hoy se encuentra el hotel Ramada Plaza (antes Condesa), vivía don Ángel Bustamante, su esposa doña Josefa y un niño que recogieron de la calle. De don Ángel ya hemos hablado en este espacio, por lo que recordarán que era el hombre más rico de León y que recibió en su mansión al emperador Maximiliano cuando visitó la ciudad. Él era dueño de la tienda de ropa y telas “La Mina de Oro”.
Al final del portal, ya en la esquina con 5 de Febrero, frente a donde hoy se encuentra el Hotel Rex, es que en 1908 don Luis Long construye el edificio de los almacenes “La Primavera”, que de todos los mencionados fue el único que sobrevivió al incendio del 27 de abril de 1945.

El 27 de abril de 1945 un incendio destruyó todas aquella mansiones (Foto de María de la Luz Ruiz Obregón)

En aquel año, en la esquina del Portal Bravo con Madero, frente a la que hoy es la zapatería 3 Hermanos, se encontraba un estanquillo de madera donde se vendían periódicos, revistas, cigarros y billetes de lotería. Eran las 6 de la mañana de un día frío… Varios “papeleritos” decidieron encender una fogata dentro de la caseta para calentarse. El fuego alcanzó algunos periódicos y rápidamente se salió de control. En minutos la caseta ardía en llamas y estas encendieron las vigas de madera que formaban parte del techo del portal.
Se dio la alarma, pero ya era demasiado tarde… vecinos y bomberos nada pudieron hacer para salvar todas aquellas mansiones construidas durante los siglos XVIII y XIX, las cuales comenzaron a venirse abajo a las 7:15 de la mañana.
Un año después, don José Pons se dio a la tarea de construir el edificio más grande que hasta entonces hubo en León, que albergaría los almacenes de las Fábricas de Francia y decenas de despachos en los pisos superiores.
A su lado se edificó la nueva casa del Hotel Condesa, que así se llamó por encontrarse en la misma calle donde había vivido la Condesa de la Presa de Jalpa el siglo anterior. Años más tarde en su lugar se erigió un edificio aún más alto, que es el que hoy conocemos.

Don José Pons se dio a la tarea de construir allí el edificio más grande que hasta entonces hubo en León.
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