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Don Ildefonso Portillo

En la colonia León Uno, paralelo al Boulevard Francisco Villa, esquina con José Hidalgo, existe un lúgubre y olvidado callejón sin pavimentar que lleva el nombre de Ildefonso Portillo. ¿Quién fue este señor?
Don Ildefonso Portillo y Carlín nació en 1817 en San Juan de Los Lagos, segundo de tres hijos de Nicolás Portillo y Mariana Carlín. Muy joven se mudó a León y comenzó a trabajar en la tienda de ropa de su primo Miguel Obregón Portillo.
A los 28 años, después de arduo trabajo y mucho ahorrar, se establece por su cuenta en sociedad con don Santiago Manrique, con quien abre el almacén de mantas de algodón y otros géneros al que pusieron por nombre “El Sol que Nace” en una casa en lo que hoy es el “Portal Bravo”, vecina a la de don Ángel Bustamante, otro comerciante de géneros. Dicha casa, arriba de la puerta de entrada ostentaba, a usanza de entonces, una pintura que no carecía de belleza, en la que se observaba al astro del día saliendo en el horizonte y llenando un hermoso paisaje.
Cabe aclarar que además de las telas, don Ildefonso se convierte en prestamista, cobrando unos jugosísimos intereses que lo convierten en un hombre muy rico.
En 1845 se casa con Octaviana Martín del Campo, con quien procrea nueve hijos.
Nos cuenta don Toribio Esquivel Obregón: “Era un excelente padre de familia, cariñosísimo con sus hijos y con su esposa, a quien estimaba altamente. En la época de la que vengo hablando aquella casa era una jaula de pájaros (…) aquí todos hablaban a la vez; a la hora de comer nadie se entendía porque cada quien llevaba su tema y por nada habría cedido a otro el uso de la palabra para reducirse a escuchar; los únicos que guardaban relativo silencio eran Ildefonso y su mujer”.
Cuando los franceses invadieron México y Maximiliano de Habsburgo se aprestaba a visitar nuestra ciudad, don Ildefonso Portillo fue nombrado por su majestad como Prefecto Imperial de León y estuvo presente en todos los actos a los que asistió el emperador.
En 1864, bajo el mandato del señor Portillo, comienza la erección del Mercado Hidalgo, mejor conocido como “El Parián”, quien cede su sueldo completo para la construcción de dicho edificio.
Don Ildefonso Portillo y Carlín.

Muchos años después, ya en su vejez, continúa siendo un miembro importante de la sociedad leonesa a quien se le tiene gran deferencia. El primero de junio de 1885 funge como representante del general Manuel Orellana, delegado militar de la república, en el acto de bendición del nuevo reloj de la Catedral de León que trajo de Francia don Luis Long.
Nos platica don Toribio Esquivel acerca de las hijas e hijos de este personaje: “Enedina tenía unos ojazos soñadores que parecían robados a una mujer árabe. Dolores era una hermosura y un fuego, y Octaviana, que era la menor era una sonaja según hablaba, cantaba y se movía. Las tres se casaron con personas distinguidas de León: Enedina con el doctor don Rosendo Gutiérrez de Velasco; Dolores con don Manuel Guedea que acababa de llegar de Alemania, donde se había educado y tenía un negocio de muebles con don Germán Pöhls; y Octaviana fue la segunda esposa de don Manuel Cánovas (…)”
Don Manuel Cánovas era viudo de doña Ignacia Cevallos, hija de los Condes de la Presa de Jalpa, con quien no tuvo hijos; pero ella le heredó aquella hacienda, que hoy conocemos como Jalpa de Cánovas. Don Manuel y doña Octaviana tuvieron una hija: María Guadalupe, que luego se casó con un Oscar Braniff, familia que actualmente ostenta la propiedad de la mansión que aún se puede visitar en aquel pueblo mágico a 42 kilómetros de León.
Continúa contándonos don Toribio: “Carlos, el hijo mayor (de don Ildefonso) casó con doña Teresa González, hija de don Joaquín González; Ildefonso jr. siguió la carrera eclesiástica y Rafael se asoció con un señor de apellido Heyser para poner la fábrica de hilos “La Americana”.
Cabe hacer notar que don Ildefonso le hereda a su hijo del mismo nombre una quinta denominada “Belén”, ubicada a un lado del Río de los Gómez; donde seis años después de ordenado, a título de patrimonio por el obispo Sollano, se coloca la primera piedra de un templo dedicado a “Nuestra Señora de la Salud”. Hoy es conocido como el Templo de Belén y se encuentra en los jardines del Hotel Hotsson.
Por otro lado Rafael Portillo, el segundo de sus hijos varones, con su propio dinero instala en la calle Real de Guanajuato (hoy Madero) la primera planta eléctrica de su tipo en nuestro país, que surtió de este fluido a las casas de León. Los primeros focos se encendieron el 17 de diciembre de 1897 a las 19:30 horas y el acontecimiento se celebró con toque de sirena, serenata en la plaza principal y un banquete que se sirvió al día siguiente.
La mansión de don Ildefonso Portillo, la de don Ángel Bustamante y en general toda esa esquina fue pasto de las llamas el 27 de abril de 1945 y en su lugar se construyeron los edificios del Condominio Plaza, de don José Pons e hijos y el Hotel Condesa (hoy Ramada Plaza).
La primera a la izquierda fue la casa de don Ildefonso Portillo, que fue destruída por un incendio en 1946.
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